domingo, 1 de septiembre de 2013

.::SOCIEDAD::.

La sociedad la construye el hombre y no al revés. El concepto de sociedad dependerá de lo que entiende por persona. La sociedad es " la asociación de personas que buscan el logro de fines particulares y comunes", así como conformar una "estructura de carácter jurídico". Hoy enfrentamos un problema debido a  que hemos fabricado una sociedad "rentable" como consecuencia del materialismo y racionalismo exacerbados.

Su origen puede partir desde dos puntos de vista: aquella que reconoce la naturaleza social inherente al hombre y la que considera que lo hace a razón de un pacto social o tratado conveniente. Hay aspectos inmateriales de la persona que justifican su sociabilidad. La inteligencia, voluntad y sentimientos hacen referencia al otro. El sentir interior y de los hechos históricos, la grandeza del conjunto, el logro de las metas altas imposibles individualmente y dignas del hombre, afirman la complementariedad humana.  Solo cuando se comprende el carácter de responsabilidad, de deber y compromiso que impregna la actividad de la persona, se llega a armonizar.

El conjunto social reclama un orden, una conveniencia de unos para otros.  Estructurar la sociedad de la mejor manera puede generar conflictos cuando los intereses son particulares y egoístas.  Sin los principios de orden como la igualdad y la diversidad, no habría sensación de conjunto. La igualdad posibilita la comunicación y la diversidad, la novedad.  Todo hombre precisa de la cooperación para el logro de objetivos personales y comunes.  Es una inclinación natural a perfeccionar el mundo, la realidad. No somos ajenos al desarrollo, al bien común, progreso social, ecología, sostenibilidad, etc., el ideal de armonía social se alimenta de las diferencias y complementariedad entre todos. La tensión permanente entre los talentos personales y las necesidades sociales evidencian la naturaleza social humana.

EL FIN DE LA SOCIEDAD, ES LA PERSONA , porque nace y se estructura en base a ella.

La sociedad es un medio para el hombre y no al contrario: un medio que permita el progreso común y el desarrollo de cada individuo.

El concepto de perfección de la sociedad es un concepto que evoluciona con el paso de la historia. Las metas personales y organizacionales van viviendo el ritmo de los tiempos. Balmes dijo que la sociedad perfecta es aquella que ha logrado el mayor bien para el mayor número de personas.

Desde el momento que los demás forman parte de nuestra responsabilidad, están unidos a nuestro porvenir.

El porvenir de la sociedad está en conseguir ciudadanos libres y responsables. La libertad hace posible la vida en sociedad. Para ello, debe haber unidad, paz y orden. La libertad no se entiende como independencia sino todo lo contrario, puesto que estamos vinculados los unos con los otros.  Con ello no se quiere decir que el hombre pierda autonomía; es autónomo y libre dentro de las normas jurídicas.  La libertad es compatible con la diversidad de funciones en la sociedad. Quien esté al mando y quien obedece harán uso de ella. Por ello, la libertad une y no separa a los hombres, no es independencia,  pues se opondría al principio de autodominio y autogobierno. El sentido de responsabilidad para con los otros es lo único que pone límites a las acciones del hombre sin disminuir su libertad.

A través de un comportamiento social prudente, se perfecciona la persona en sociedad.

Las metas de la sociedad pueden ser variadas así como los la escala de valores, ambas paralelas a la de los fines  humanos: en un primer orden, posibilitar la vida humana y que ésta encuentre su sentido final, y  como valores inferiores, como la prudencia política, la cultura, la tradición, la historia, ideologías e intereses.

La sociabilidad humana lo lleva a desarrollar un espíritu de servicio así como la valoración del conjunto.

La igualdad de naturaleza y la diversidad de talentos anima un orden que conforma un cuerpo social con partes diversas o funciones. Cada persona tiene un puesto en la sociedad. Existe una disposición de talentos que sitúa las relaciones de mando-obediencia.   No se pueden reducir los talentos a un exclusivo éxito personal sino como oportunidad para la riqueza del conjunto. La persona que más servicios realiza pone en acción mayor cantidad de talentos y consecuencia alcanza mayor crecimiento...Los cambios continuos en la sociedad exigen la adaptación de las personas al progreso tecnológico y cultural, que puede originar tensión, desequilibrios si no se toman en cuenta los fines sociales para elección de medios...Por ello, en materia educativa, es necesario buscar la consistencia de la nuevas exigencias y las capacidades para responder a ellas.


.::PERSONA::.

¿Qué es la persona humana? Definirla resulta un poco tedioso debido a que hay una multiplicidad de conceptos y posturas entre ellas religiosas, agnósticas y materialistas que abarcan dicho concepto. Sin embargo, es importante resaltar que las dos últimas niegan la trascendencia, el espíritu del hombre o aportan conceptos muy pobres sobre la complejidad humana. Considero que junto con los anhelos de la inteligencia y los sentimientos, es hombre es esencialmente libre. Por ello, me apoyaré en la postura que admite la naturaleza espiritual del hombre.

La persona humana es una unidad: materia y espíritu. Es una substancia individual de la naturaleza racional. Por un lado, la individualidad exige una unidad y una carácter auténtico e irrepetible. Por el otro, la racionalidad  resalta la espiritualidad y con ella la inteligencia, voluntad y libertad.  Ambas características simultáneas forman parte de la persona.

Debido a su composición (materia y espíritu) y naturaleza inacabada,  es la tarea del hombre: construirse a partir de sus facultades inherentes, perfeccionarse y trascender. Ésta es su condición.

La persona humana tiene ciertas características o propiedades.  Posee un carácter social, inteligencia, voluntad y libertad.

Su carácter social, nace de su naturaleza espiritual. El conocimiento es necesario para socializar, y buscar metas elementales comunes como sociedad.

Su inteligencia sirve de apoyo a las facultades inmateriales. La creatividad, habilidades como solución de problemas, el recuerdo, la reflexión...Sin dicha capacidad no habría presencia de la continuidad para percibir su historia y propia finalidad. Comprender es encontrar el yo en el fin. La inteligencia como instrumento fundamental para la vida,  puede llevarnos a confundir al hombre como víctima de sus deseos y necesidades, pues solo buscaría medios, la contemplación del ser se sustituiría por la posesión: de autoafirmación y goce.

Su voluntad, es la segunda potencia del alma. El conocimiento despierta los apetitos: una inclinación positiva o negativa hacia lo conocido. El conocimiento sensible da lugar a los apetitos sensibles, los conocimientos intelectuales a la voluntad, como carácter inmaterial de la inteligencia, pues busca los bienes espirituales. El bien se encuentra fuera y con la capacidad de perfeccionar al hombre.  La voluntad dona, entrega, recepciona. La voluntad participa en la valoración así como el juicio de la inteligencia. La voluntad constituye la fuerza de acción del hombre.

Su libertad, posibilidad de elección, implica un dominio interior y de sus acciones (obras). La  posibilidad de autodeterminarse, de ser autónomo. Debe nutrirse con los conocimientos para desarrollar su intelecto, y poder comprender  su ser y quehacer de un modo trascendental.

Grados de libertad.

El hombre es escasamente libre porque se posee limitadamente.  Si la libertad significa autoposesiòn, la del hombre es muy escasa. Al no ser una autocreación, queda profundamente para sí mismo desconocido.

La persona es libre cuando adquiere la capacidad suficiente para realizar su deber: comprender su inteligencia y querer con su voluntad.  Así aparece la existencia del deber. La libertad permite la ejecución con rectitud y responsabilidad de sus metas propias para su perfección personal.  Se ejerce por la adquisición y cumplimiento de sus compromisos.