Sí. Estamos rodeados de miles de productos light, que consumimos por diversos motivos (estéticos y de salud) y "probablemente" proporcionen muchos otros beneficios. Sin embargo, esto no debe confundirse con el modelo "light" de pareja que es una triste realidad. Aquí muchos discreparan conmigo y dirán que sí se obtienen ciertos beneficios, que en un sentido práctico es funcional, etc. Sin embargo, cuando se trata de llevar una vida de pareja sana y plena, la realidad es otra.
El hedonismo,
consumismo, permisividad y relativismo son detrimento de las relaciones de
pareja10. Estos forman el modelo
light que es finalmente la falta de
solidez en la pareja. Los caprichos, el individualismo, el desinterés en el
autodescubrimiento, el poco dominio emocional de las tendencias e instintos
debido a la falta de educación de la voluntad, son a la vez producto del amor relativizado, un falso concepto del
amor o mejor dicho, del egoísmo e inmadurez afectiva.
Una pareja hedónica
que centra sus energías en el placer carnal o en el disfrute momentáneo - un
falso concepto del carpe diem-, será incapaz de consolidarse como pareja.
Otras parejas optan
por medir el cariño en relación a los regalos, los viajes, como si el amor
fuera parte de un mercado de valores. También
es una relación ligera si se cree que únicamente adquiriendo bienes materiales,
teniendo más para mantener el status quo, “sustituyendo los objetos” por nuevos, la vida
en pareja es mejor y más divertida, se
cae lamentablemente en el consumismo, que es un error porque distrae a la
pareja del verdadero sentido: el de la entrega mutua.
De igual manera, las
parejas permisivas no saben cultivar la amistad, la comprensión ni mucho menos
son capaces de ayudarse en la tarea de perfeccionamiento recíproco. Se hacen de
la vista gorda, pudiendo hacer lo que se les plazca, porque finalmente es cómodo y más fácil. Ella sabe que él la
engaña con la secretaria, pero como él es quien provee, no le dice nada y acepta la situación.
Lo práctico, lo
útil, lo fácil, lo inmediato, que el fin justifique los medios tiene un nombre:
se llama relativismo. Si mi novia está en Brasil, y necesito compañía estando
aquí en España, me consigo una novia local para matar el rato. En mi humilde
opinión, este es el peor de todos, porque el amor es relativizado al placer,
necesidades, intereses individuales y de
cierta forma, contiene a los anteriores.
Como se puede
apreciar, no hay sentido auténtico de unidad de pareja en ninguno de los casos.
Desaparecidas la pasión propia del estado de enamoramiento, las inclinaciones a
actividades similares y no habiendo
podido acrecentar el sentimiento del amor que implica un descubrimiento íntimo,
una donación y un despliegue de las potencias de cada uno; la ruptura es casi
irremediable.
10. ROJAS, Enrique. El
amor inteligente. Corazón y cabeza: claves para construir una pareja feliz.
Madrid,Ediciones Temas de Hoy S.A. (T.H.), 1999. p.173
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