domingo, 17 de noviembre de 2013

Orientaciones para desarrollar la afectividad en los niños

En los primeros años es una etapa de oportunidades educativas. Es importante atender a las necesidades de orden biológico: aseo, nutrición, horas de sueño- y las de orden afectivo que son el cariño de ambos padres, el reconocimiento de sus voces, olores…El hogar se convierte en un lugar lleno de estímulos para su desarrollo neurológico y el de su personalidad. Tomar en cuenta las características propias de la etapa: egocentrismo, dependencia, curiosidad y falta de capacidad para integrar las situaciones desfavorables.
Es por ello, que hay una serie de orientaciones propuestas3 en esta etapa a considerar al tratar con ellos el amor y la sexualidad.
·      El cuidado de la identidad propia, como eje del desarrollo integral, es la primera referencia íntima. En estos primero años los niños van construyendo su personalidad, su desarrollo moral e intelectual. Desde que nace, se le debe tratar como lo que es, él o ella. El nombre, roles femeninos o masculinos y la vestimenta son detalles vitales para su identificación sexual- siendo la ropa una manifestación externa. Luego, iniciada la socialización descubre a los otros niños y niñas, y se hacen más conscientes de su identidad sexual. Logran captar las diferencias anatómicas o bien tienen preguntas sobre los bebés y el embarazo. Por ello, los padres debemos incluso tener respuestas anticipadas y examinadas que se acomoden a su edad y características individuales. Además los padres debemos tomar en cuenta la singularidad y observarlos para comprenderlos mejor en sus gustos, juegos, costumbres para guiarlos.
·      Las reglas familiares frente a la guerra al capricho. Se debe tener cuidado con los caprichos asentidos porque existe el riesgo de convertirlos en tiranos. El capricho es lo más lejano del verdadero amor porque le priva de la libertad y no se puede amar sin esta condición. Las normas familiares deben ser simples y jerárquicas para que se puedan diferenciar y valorar. Hay gradualidad para la asimilación de las reglas. Se debe ser constante, firme y hasta repetitivo con ellas. La adquisición de ellas depende de nuestra perseverancia, coherencia, firmeza como padres.
·      La educación del pudor, empieza en estos pequeños detalles: en la bañera, las caricias y al cambiarse. En la bañera, se recomienda que no se bañe con el adulto porque las cuestiones de higiene son personales y particulares. Evitar las caricias en zonas erógenas al colocar las cremas, talco, etc. Al momento de vestirse, se saca y coloca pieza por pieza. Debe mantener el orden: colocar en la ropa sucia las prendas usadas, y ordenar las que queden en su cuarto.
·      Tomar en cuenta el periodo de evolución del niño. El peso y el cuerpo marcan la pauta del desarrollo. El juego y los ejercicios psicomotores favorecen la atención y lo preparan para aprender. Los hábitos son posibles debido a los periodos sensitivos. Los hábitos  deben ser: decir la verdad y el ser ordenados.

·      Los padres deben tener en cuenta la verdad, la naturalidad,  la prudencia, la intimidad  y el amor de padres para contestar las preguntas de los hijos. Contestar con la verdad a todo teniendo en cuenta la gradualidad, de forma sistemática, y en el momento adecuado. Responder de manera natural es no extrañarse de ninguna pregunta sino conducirla con autodominio. La prudencia es importante para responder sin descaro y no brindar datos incomprensibles e innecesarios para el niño. La conversación debe ser íntima, a solas,  en un clima de confianza adecuado, y personalizado.  Además, siempre se debe tener presente el amor del padre y madre para contestar las preguntas indistintamente.

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